lunes, 22 de agosto de 2011

CARDENAL ÓSCAR RODRÍGUEZ MARADIAGA: EL QUE SABE QUIÉN ES Y PARA QUÉ EXISTE, TIENE SENTIDO EN SU VIDA



CARDENAL Y ARZOBISPO DE TEGUCIGALPA, HONDURAS, ÓSCAR RODRÍGUEZ MARADIAGA, EN LA SACRISTÍA DE LA BASÍLICA MENOR DON BOSCO, EN UNA DE SUS MUCHAS VISITAS A PANAMÁ .

FOTO (ARCHIVO): ERNESTO Mc NALLY.












El cardenal y arzobispo de Tegucigalpa, Honduras, Óscar Rodríguez Maradiaga, en el marco de la vigésima sexta Jornada Mundial de la Juventud, recién celebrada en Madrid, España, hace referencia a la vocación del cristiano.

El cardenal y arzobispo de Tegucigalpa, Honduras, Óscar Rodríguez Maradiaga se ha referido, en el marco de la vigésima sexta Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), a la vocación del cristiano.
Rodríguez Maradiaga ha indicado, ante una multitud de jóvenes, en una de las tantas catequesis realizadas en la vigésima sexta JMJ, que el cristiano tiene su fundamento en Cristo, a quien está arraigado.
Arraigado significa responder al llamado de Cristo, de acuerdo al Cardenal, y tener las raíces sujetas a Cristo, “nos hace sentirnos hijos de Dios”, agregó Rodríguez Maradiaga.
No obstante, indicó el Cardenal, existe una fuerte corriente laicista, que quiere borrar las raíces cristianas de la sociedad.
En la actualidad existen unos canales científicos, entre comillas, que difunden la duda sobre Cristo. El que no está arraigado o cimentado en Cristo, puede tambalearse en su fe, con esto; agregó el Arzobispo hondureño.
El Cardenal ha utilizado múltiples figuras y ejemplos, como el caso de los puentes que se construyen con buena base, y los que no. Los primeros soportan las tempestades, incluso con el paso del tiempo; mientras que los construidos sin buenos cimientos, se caen con cualquier tormenta, aunque sean nuevos.
Así, el que tiene sus esperanzas en Dios, está bien arraigado, soporta los vendavales, no por sus propias fuerzas, que son insuficientes, sino por la gracia del Creador; sólo así el hombre se hace fuerte.
El Purpurado, en este sentido, utilizó la figura de la oruga que se come las raíces de las plantas en un huerto, hasta que éstas mueren, debido a la falta de apoyo del que puedan sustraer su alimento.
Añadido a esto, Rodíguez Maradiaga ha citado las palabras del papa Benedicto XVI, respecto a que un mundo sin Dios, se convierte en un infierno, precisamente porque sin Dios, las sociedades experimentan la falta de amor, alegría y confianza; y en ellas prevalece el odio.
El cardenal Rodríguez Maradiaga se ha referido al caso de Gran Bretaña, con los últimos disturbios, que prácticamente obligaron a su Primer Ministro a señalar que, había que recobrar la moral del pueblo.
El Arzobispo de Tegucigalpa exhorta a los cristianos a construir arraigados a Cristo, tener como fundamento al Maestro, porque ser cristiano no es cualquier cosa, ya que esto significa tener una identidad, que se adquiere con el bautismo y, éste alude a ser hijos de Dios, hermanos de Jesucristo, templos del Espíritu Santo y herederos del Cielo.
En este contexto el Arzobispo de Tegucigalpa, cuestionó el hecho de que se pretenda llevar una enseñanza, y negar a Dios; lo que a su juicio, constituye una patología dañosa, que cae en lo absurdo; además de que intentar explicar al hombre y negar su destino con Dios, es muy mezquino.
El ser humano de hoy, de acuerdo a lo expresado por Rodríguez Maradiaga, está sustentado en las cosas del mundo, en las cuentas bancarias, en el coche, en los títulos universitarios, y aparta a Dios de su camino, por lo que ante las dificultades de la vida, sucumbe.
El Arzobispo de Tegucigalpa, también ha citado algunos ejemplos, de vida arraigada a Cristo y de mantenerse firme en la fe. Maradiaga cita a San Pablo, y se refiere a los aproximadamente 30 mil kilómetros recorridos en sus viajes apostólicos, a pie o a caballo, e incluso en barco.
San Pablo, conforme a lo expresado en las Sagradas Escrituras - señala el Cardenal -, sabía en quién había puesto su fe y, como lo expresó el Apóstol en Romanos (8, 35-39), entendía que nada ni nadie lo separaría de Dios: “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Las pruebas o la angustia, la persecución o el hambre, la falta de ropa, los peligros o la espada? Como dice la Escritura: Por tu causa nos arrastran continuamente a la muerte, nos tratan como ovejas destinadas a la matanza. Pero no, en todo esto triunfamos gracias al que nos amó. Estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los poderes espirituales, ni el presente, ni el futuro, ni las fuerzas del universo, sean de los cielos, sean de los abismos, ni criatura alguna, podrá apartarnos del amor de Dios, que encontramos en Cristo Jesús, nuestro Señor”.
A todo esto, añadió al Arzobispo de Tegucigalpa, que también para nosotros es posible tener un encuentro con Dios. Se puede aprender a encontrar a Jesús en la Eucaristía, y se puede reconocer a Cristo en el pobre y en los que necesitan ayuda, señalo el Prelado.
En este sentido, manifestó el Cardenal, hoy toca examinar nuestros cimientos, porque si las orugas se han metido a comer raíces, nos vamos a derrumbar.
En este contexto, nos damos cuenta de que estamos enfermitos de insuficiencia cardíaca misionera – indica el Cardenal -, de que necesitamos una cirugía por paroscopía, para sentir el espíritu de San Pablo, cuyo corazón latía con un: “¡Ay de mí si no evangelizo!”
El Cardenal, además hizo algunos señalamientos relativos al concepto “firmes en la fe”, parte el título de la JMJ y, aludió a Abraham, quien confió en el Señor, cuando se le pidió que sacrificara a su hijo Isaac (Heb 11, 17-19). Firmes en las fe significa confiar en Dios, buscar a Dios y su Palabra, manifestó el Prelado.
De esta amanera, Rodríguez Maradiaga apuntó a que no se puede construir sin el fundamento de la roca, que es Cristo. No se puede vivir en este mundo, de manera indeterminada, acotó el Cardenal hondureño.

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