“Belén en tierra de Judá, tú no eres el más pequeño entre los principales pueblos de Judá…”
Mateo narra lo acontecido en Belén de Judá, en tiempo del rey Herodes. Unos Magos de Oriente; se piensa que de Babilonia y Persia, que guiados por una estrella conmocionaron a toda la ciudad, pues, llegaron para adorar al Niño Rey que había nacido.
Hoy sucede lo mismo. Hay conmoción cada vez que se habla del Evangelio. Algunos nos tachan de locos, otros de escándalo, y hasta nos miran con desprecio. No obstante, al poder político y económico les preocupa la Sana Doctrina, ya que, se trata de algo más que un estilo de vida. El cristianismo consiste en vivir conforme a la Palabra, y para ellos, eso representa pérdida de poder y de dinero.
Por eso se vuelven en contra. Hacen lo mismo que Herodes, fingen adoptar la misma postura que la de los Magos, pero no se postran para adorar a Dios. Su discurso es meramente emotivo, como para seguir la corriente de quienes sí reconocen en Jesús, al Salvador del mundo.
El Día de Reyes, representa para el ser humano actual, la manifestación de Dios. Y no estamos exentos de llamarnos paganos, ya que este pueblo, que ayer celebró la Navidad y que hoy hace algo parecido con la festividad de los Reyes Magos, pronto lo olvida todo y se entrega a otro tipo de fiestas, que distan mucho de la Palabra de Dios.
Por eso, todos estamos llamados a imitar la actitud de los Magos de Oriente, en cuanto al aceptar a Jesús, como Dios y Hombre verdadero; a postrarnos y reconocer las maravillas de Dios, porque en cierta forma nos hemos mantenido al margen de su Palabra.
Así, diremos como el Profeta: “Belén en tierra de Judá, tú no eres el más pequeño entre los principales pueblos de Judá, porque de ti saldrá un jefe, el pastor de mi pueblo Israel” (Mateo 2, 5-6).
Mateo narra lo acontecido en Belén de Judá, en tiempo del rey Herodes. Unos Magos de Oriente; se piensa que de Babilonia y Persia, que guiados por una estrella conmocionaron a toda la ciudad, pues, llegaron para adorar al Niño Rey que había nacido.
Hoy sucede lo mismo. Hay conmoción cada vez que se habla del Evangelio. Algunos nos tachan de locos, otros de escándalo, y hasta nos miran con desprecio. No obstante, al poder político y económico les preocupa la Sana Doctrina, ya que, se trata de algo más que un estilo de vida. El cristianismo consiste en vivir conforme a la Palabra, y para ellos, eso representa pérdida de poder y de dinero.
Por eso se vuelven en contra. Hacen lo mismo que Herodes, fingen adoptar la misma postura que la de los Magos, pero no se postran para adorar a Dios. Su discurso es meramente emotivo, como para seguir la corriente de quienes sí reconocen en Jesús, al Salvador del mundo.
El Día de Reyes, representa para el ser humano actual, la manifestación de Dios. Y no estamos exentos de llamarnos paganos, ya que este pueblo, que ayer celebró la Navidad y que hoy hace algo parecido con la festividad de los Reyes Magos, pronto lo olvida todo y se entrega a otro tipo de fiestas, que distan mucho de la Palabra de Dios.
Por eso, todos estamos llamados a imitar la actitud de los Magos de Oriente, en cuanto al aceptar a Jesús, como Dios y Hombre verdadero; a postrarnos y reconocer las maravillas de Dios, porque en cierta forma nos hemos mantenido al margen de su Palabra.
Así, diremos como el Profeta: “Belén en tierra de Judá, tú no eres el más pequeño entre los principales pueblos de Judá, porque de ti saldrá un jefe, el pastor de mi pueblo Israel” (Mateo 2, 5-6).
