domingo, 28 de enero de 2018

PANAMÁ EN IMÁGENES

FOLRES DEL CERRO ANCÓN. FOTOS: ERNESTO B. Mc NALLY C. TODOS LOS
DERCHOS RESERVADOS/ALL RIGHTS RESEVED. PROHIBIDA SU
 REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL.
IMAGEN DEL CASCO ANTIGUO
FLORES EN EL CERRO ANCÓN
EL CANAL DE PANAMÁ, EN EL LITORAL SUR
VISTA PARCIAL DEL CASCO ANTIGUO
VISTA PARCIAL DE LA CIUDAD DE PANAMÁ, CON LA BAHÍA AL FONDO

jueves, 18 de enero de 2018

IMÁGENES DE PANAMÁ DEL 2017

RUINAS  DEL CONVENTO DE SANTO DOMINGO.
FOTOS Y TEXTO: ERNESTO Mc NALLY C. TODOS LOS
DERECHOS RESERVADOS/ALL RIGHTS RESERVED.
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL.
PLAZA DE FRANCIA EN EL CASCO ANTIGUO
RELIEVES EN LA ENTRADA DEL INSTITUTO NACIONAL
 FACHADA DE LA IGLESIA DE LA MERCED
INSTITUTO NACIONAL DE CULTURA, EN EL CASCO ANTIGUO


ARTE POPULAR EN LAS CALLES DEL CASCO ANTIGUO

ESFINGE EN EL INSTITUTO NACIONAL
TÍPICA CALLE EN EL CASCO ANTIGUO, EN CIUDAD DE PANAMÁ
FACHADA DE LA IGLESIA DEL CARMEN

domingo, 7 de enero de 2018

LOS GRANOS: AMIGOS DE LA SALUD



MUSTRA DE ARVEJAS VERDES EN UNA VASIJA.
FOTOS: ERNESTO B. Mc NALLY C.





Históricamente, los granos han constituido fuente de la alimentación de los seres humanos. Su consumo diario aporta al organismo diversos nutrientes que coadyuvan, incluso,  a la prevención de enfermedades cardíacas.

En la antigüedad ya se conocían los granos. La cebada, la avena, las habas y  el trigo  son referenciados en las Sagradas Escrituras.  El relato de Esaú y Jacob, en el Génesis (25, 34), cuenta cómo el hermano mayor vendió sus derechos de primogénito, al hermano menor, por un plato de lentejas y algo de pan.

En este mismo contexto, en el libro de Ezequiel (4,9) se alude al trigo, la cebada, las habas y las lentejas, como alimento para el profeta.

El libro de Samuel (2 Sam 17, 28), por otra parte, hace referencia al alimento de David cuando llegó a Majanaím: trigo, cebada, granos tostados, habas y lentejas, entre otros.

Asimismo, en Isaías (28, 24-25), se dice: “¿Acaso el labrador emplea todo el tiempo para arar, partir los terrones  y pasarle el rastrillo a la tierra?¿No es cierto que después de haberla aplanado, siembra yuyo y esparce el comino y luego tira el trigo y la cebada y la avena en los surcos?

Hay cualquier variedad de granos. Se piensa que los cereales, por citar un  caso,  se introducen en la alimentación humana, hace diez mil años, cuando el ser humano pasa de ser nómada a sedentario; lo que se conoce como revolución neolítica.

Existen otros granos como el maíz, tradicional en América, además de los porotos, las arvejas (verdes y amarillas), los frijoles negros y, por supuesto, las ya citadas lentejas. Estos granos reciben diversos nombres, según sea el país, aunque constituyan lo mismo.

En la alimentación balanceada, los granos son una fuente de carbohidratos, proteínas, vitaminas y fibras que les hacen esenciales; ya que aligeran el tránsito intestinal de los alimentos y contribuyen al buen funcionamiento y fortalecimiento del organismo.

Los frijoles, por ejemplo, contienen vitaminas B1, B2, B3, ácido fólico y fibras. La habas tienen vitaminas A, B1, B2, C y E; además de minerales como el potasio, sodio, fósforo y calcio; sin contar con la fibra,  las proteínas y otros nutrientes como  la lecitina y la colina. Las lentejas contienen magnesio, fósforo, cinc y calcio; y  a los que se les pueden sumar, vitaminas B1, B3 y B6.

Las arvejas verdes o amarillas, por otra parte, son también fuente de nutrientes. La arvejas amarillas o guisantes partidos (amarillos), como también se les conoce, contienen  vitamina B1 (tiamina), que ayuda al sistema nervioso; el folato, que contribuye a la salud del corazón y mejora el sistema inmunológico; además de  carbohidratos (10 % aproximadamente) y proteínas (alrededor de un 20 %). Son igualmente, fuente de fósforo y potasio. El potasio ayuda a regular la presión arterial y el ritmo cardíaco, además de favorecer la correcta circulación de la sangre.

Sumado a esto, las  arvejas verdes o arvejas partidas (verdes), también llamadas menestras verdes, son fuente  hierro (aproximadamente 37 %), calcio, vitamina A, vitamina B, ácido fólico, proteínas, vitamina C y magnesio, que fortalece el sistema nervioso y muscular.

Igualmente existen otros granos, a los que se les llaman “antiguos”, supuestamente porque se  remontan a la prehistoria o tienen que ver con civilizaciones antiguas. Se trata de granos como la quinoa (con antecedentes de Sur América, contiene potasio, magnesio, calcio, hierro, fósforo, zinc, proteínas y ácidos omega 3 y omega 6); el mijo (originario de África y Asia); el alforfón (se cree que viene de Asia y se come en Rusia); el teff (que se cultiva en África, específicamente Etiopía y tiene alto contenido de fibra); el sorgo (su origen es de África); la cebada (ya citada y proveniente en África);  y el Amaranto (rico en aminoácidos, vitamina C, hierro  y calcio; y muy conocido en México).

Por supuesto que no puede faltar el maíz. Proveniente de América, es un alimento con el que  se hacen tortillas, harina, arepas y es  en extremo popular en el Nuevo Continente.  Su nombre significa “lo que sustenta la vida”. El maíz era el alimento tradicional de los pueblos originarios al arribar Cristóbal  Colón al Nuevo Mundo, en 1542.  Junto al trigo y el arroz, el maíz es de los granos más comunes en todo el orbe.

El maíz contiene proteínas, vitamina A (en forma de betacarotenos), vitamina  B1 (tiamina), vitamina B2 (riboflavina), vitamina B7 (biotina), niacina, vitamina E y  vitamina B9 o ácido fólico; conocido elemento que previene ataques cardíacos o cardiopatías isquémicas, según la literatura médica. Adicionalmente, el maíz contiene minerales como el hierro, el calcio, el potasio, el magnesio, el fósforo y el cinc; sin menospreciar el manganeso,   considerado para la prevención del cáncer de mama.

Aunque esta última afirmación no se ha proporcionado como receta, de acuerdo a información recabada de  la página web Medicina ortomolecular, la falta de minerales puede ocasionar el desarrollo del cáncer, y la deficiencia de manganeso podría ligarse, tanto al cáncer de mama como al de próstata.


En este contexto,   Clara Rojas Montenegro y Rafael Guerrero Lozano, nutricionista y pediatra, respectivamente; en su obra Nutrición clínica y gastroenterología  pediátrica, incluyen como factores protectores del cáncer en la dieta, al ácido fólico y algunos minerales como el manganeso, el zinc, el hierro y el selenio; además de las vitaminas  A, C y E, que actúan como antioxidantes; a lo que habría que sumar, la ingesta de  fibra en los alimentos.

Finalmente, y según los instrumentos consultados, al igual que los frijoles, existen variedades de maíz; pero lo principal es que estos granos son beneficiosos al ser humano y constituyen fuentes de carbohidratos, proteínas, minerales y vitaminas, necesarios para la salud.

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