FOTOS: ERNESTO Mc NALLY.
















Un petit journal
Lorena Zepeda es de aquellas mujeres que logran metas en disciplinas dominadas por los varones. Actualmente es maestra internacional de ajedrez y representa a El Salvador, en el Primer torneo abierto de ajedrez Ciudad de Panamá.
Zepeda comenzó a jugar ajedrez en su casa, y poco después con la influencia de su padre, que la llevó a sus partidas, en la Federación de Ajedrez de El Salvador, cuando ella apenas tenía 10 años, formalizó su vínculo con el denominado “Deporte Ciencia”.
Luego vino la etapa adulta, y además de a las prácticas del ajedrez, Lorena le dedicó su tiempo a los estudios de Ingeniería Industrial, en la Universidad Dr. José Matías Delgado, en El Salvador.
A su paso por Panamá, junto a su hermana Sonia Zepeda, y en medio de las rondas del Primer torneo abierto de ajedrez Ciudad de Panamá, La République pudo contactarla, para tener una conversación acerca del ajedrez y otras cositas más, y esto fue lo que Lorena señaló.
Periodista: ¿Cómo se siente?
Lorena Zepeda: Bueno, la verdad es que me siento bien, es un torneo bastante bonito, un montón de Grandes Maestros, Maestros Internacionales jugando, y pues, de Centroamérica todos nos conocemos.
Periodista: Dígame una cosa. ¿Cómo comenzó su carrera en el ajedrez?
Lorena Zepeda: Bueno, yo comencé, quizás me enseñaron en la casa, cuando tenía como siete años, pero allí empecé en la Federación, cuando tenía 10 años; en un infantil, digamos que mi papá, él jugaba antes, nos llevaba así, sólo para ver, hasta que al final me decidí por jugar.
Periodista: ¿Actualmente, usted se dedica sólo al ajedrez?
Lorena Zepeda: Ya terminé mi carrera.
Periodista: ¿De qué se graduó?
Lorena Zepeda: Ingeniería Industrial.
Periodista: ¿En qué universidad?
Lorena Zepeda: En la Dr. José Matías Delgado.
Periodista: ¿Cómo hizo para jugar ajedrez y llevar una carrera al mismo tiempo?
Lorena Zepeda: Bueno, la verdad es que no es tan fácil. A veces uno tiene que decidirse - o la carrera o el ajedrez-, porque a veces coinciden los torneos con los parciales, o los entrenamientos con las clases, pero la verdad, es que con un poquito de esfuerzo se puede.
Periodista: Dígame una cosa… ¿Cómo es la vida de una Maestra Internacional?
Lorena Zepeda: Bueno, la verdad es que es normal, la familia, estar con los amigos, mi novio, mi mascota; digamos ahí, pues.
Periodista: Usted, me imagino, tiene que dedicarle muchas horas al ajedrez…¿Cómo hace?
Lorena Zepeda: Bueno, pues, cuando estoy en El Salvador, por ejemplo, me voy a entrenar a veces en la mañana, a veces en la tarde, a veces todo el día; pero siempre se trata de llevar lo que es la vida de uno y el entrenamiento.
Periodista: Ustedes…¿Cómo entrenan allá?
Lorena Zepeda: Bueno, ha llegado un entrenador nacional de Cuba, se llama Roberto Carlos Sánchez, un maestro FIDE y; bueno, él es el que está encargado del ajedrez ahorita mismo en El salvador.
Periodista: ¿A cuántos les da entrenamiento?
Lorena Zepeda: Pues, quizás a unos 15, 10, más o menos.
Periodista: ¿Usted es la mujer con mayor ranking en El Salvador?
Lorena Zepeda: Sí, tengo el mayor elo, ahorita.
Periodista: ¿De los varones?
Lorena Zepeda: De los varones creo que es Héctor Leiva, un maestro internacional.
Periodista: ¿Pero tiene, más o menos el mismo elo que usted?
Lorena Zepeda: No, él tiene como doscientos, trescientos puntos más.
Periodista: ¿Usted es como la segunda, en términos generales?
Lorena Zepeda: No, digamos que en femenino sí soy la primera, pero ya en masculino y femenino, soy como la siete u ocho.
Periodista: ¿Qué tan popular es el deporte del ajedrez allá?
Lorena Zepeda: Bueno, la verdad es que no es tan popular; allá el deporte es el fútbol.
Periodista: ¿Cómo está el nivel en el torneo?
Lorena Zepeda: El nivel es bastante duro, casi no hay torneos así en Centroamérica, con la cantidad de titulados que hay.
Periodista: ¿Qué le aconseja a la juventud?
Lorena Zepeda: Que siempre hay deportes o hobbies que ayudan a la sociedad…
Periodista: Un último mensaje.
Lorena Zepeda: Un saludo a todos los panameños.
EL SILENCIO CÓMPLICE
Pareciera que las malas acciones son peores que las omisiones, pero no es así.
Una señora y su familia, algo perturbada, insultaba a los vecinos y todos los días los molestaba de alguna forma. Algunas personas de la comunidad preferían no decir ni hacer nada, hasta que el asunto, un día pasó a más.
En la vida, los seres humanos realizan malas acciones, pero las omisiones, pueden ser tan graves como los actos y en muchas ocasiones, hasta peores.
De pronto, la actitud de algunos, en el caso de la señora que insultaba a sus vecinos, fue la del cómplice, la de la persona que ve las injusticias, pero no dice nada; y que prefiere guardar silencio, por no adoptar un compromiso con su fe, o no comprometerse con aquellos que sufren por las malas acciones de los demás. No es ésta una actitud cristiana.
Sucede muchas veces, como en los casos de violencia doméstica, cuando se dice: “En asuntos de marido y mujer yo no me meto”. Se da igualmente en diversas circunstancias, cuando se señala: “Ese no es mi problema”, “A mi no me importa”, “Que resuelva él” y se pasa indiferente frente a los problemas de la comunidad.
Se ve también en el campo de la política, cuando no se asume una postura responsable y se cae en una conducta que refleja aquello del “mínimo esfuerzo”. Se observa cuando la gente prefiere no hacer nada por un cambio, porque a fin de cuentas, “todos los políticos son iguales”.
Se llaman “pecados de omisión”, tan graves como los pecados que implican una acción de las personas, aunque no se noten; y son, en muchas formas, omisiones que se traducen en “el silencio cómplice”, que permite realizar sus fechorías a quienes practican el mal.
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